lunes, 28 de marzo de 2011

Tu voz de nostalgia huye de mi memoria no en la tuya
tan lejana hoy a la mía, de olvidos y rincones sobre
inventarios de deslices y después de muchas copas
de etílicos secretos deja que pase este arrullo de violines
que aun lleva girasoles de lunas y me dices si no palpas
burbujas de tiempos idos en el aire o no escuchas llegar
desde muy lejos los pasos que hemos dado, pasos de niño,
breves pasos

Que no dejaron ni un murmullo de ternura en el alma, pasos
que mal dimos, pesadumbres, batallas en las que no supimos
si fuimos vencedores o vencidos, esperate por favor un
momento Alicia no pongas el café todavía, quiero hablarte
Con palabras que me nazcan como a tientas, que existen
amarguras que no puedes endulzar ni con miel, pues hasta la
miel amarga,

Quiero decirte o recordarte, como quieras, que no puedes vivir,
que no podemos vivir toda la vida a costa de una mentira o
urdiendo a cada contratiempo un desmentido, porque la vida
cambia y tu sabes que si cambia, no vamos a engañarnos ni vamos
a mentirnos a estas alturas del partido inventándonos parientes
encumbrados, Padres alternativos o hijos no engendrados

Te aseguro que nadie nos creería, porque todo lo dicen nuestros
pasos, y es que fuimos dejando en el camino, deserciones
cadáveres sin nombre, utopías colgadas del teléfono. ¿De que
sirve alegar que hubo otro tiempo en que nada era igual? en el
que las cosas tenían que ocurrir y ocurrían porque el mundo es así
igual que un libro escrito de antemano y dependemos de una
gravitación que nadie entiende, porque aducir que el tiempo es un
compendio de medidas absurdas, que el tiempo es un andamio hacia
un espacio mudo de campanarios, que el dolor no se escribe y que
la angustia no es mas que un anticipo de una facturación inevitable

Como ese andar que tienen las palabras cuando nadie las nombra, y al
callarlas van creciendo hacia adentro, hasta formarse una osificacion
que todo lo desvale, pero no hay para mas, y aunque no quieras de
repente se ponen como ahora delante de una tasa de café vacía los días
de gargantas diminutas, las horas sin respuestas y tienes que rendirte
a la evidencia de cosas tan banales como un álbum de fotos que te acusa
de haber estado allí

Quizás haya cambiado de teléfono, seguro que es así, seguro que cambio
de teléfono y por eso cuando marco su numero no es ella quien descuelga
no es ella ni es su voz quien me habla cuando llamo, y es que no puede
ser que haya variado tanto en tan poco tiempo, no puede ser que solo me
conteste con monosílabos y su voz no me sepa de repente a fruta tempranisima

Quizás tenga razón, quizás se haya mudado de casa o de poeta o simplemente
de alcoba y de vestido y ya no entiende, ya no quiere saber porque la lluvia
y el mar y las gaviotas, y una estrella rompiéndose en abrazos sin protocolos
previos eran algo mas que una metáfora, pues ahora quiero que me diga que
pintan estos álbumes de fotos en mi mesa este andar como un ciego
imaginándome su claridad de día entre mis dedos y esta copa de sueños
esparcidos como espejos rotos por el suelo.....Vamos exijo si puede que me lo diga

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